martes, 10 de diciembre de 2013

Actitudes negativas en el deporte

Actitudes negativas en el deporte

En el campo deportivo, el deportista produce diferentes sensaciones y emociones, sean buenas o malas, ya que el ámbito deportivo es uno de los que más problemas da a la hora de discutir y pelear. Todas las emociones, creencias y experiencias propias del deportista forman las actitudes o comportamiento en el ámbito, con cargas emocionales.
Es importante distinguir qué actitudes son favorables y si no lo son, intervenir saludablemente sobre ellas, por ejemplo, si un deportista descubre que una determinada forma de actuar resulta útil y se atañó como beneficiosa para el mejor rendimiento deportivo, esta actitud debe ser conservada.
Muchos deportistas recurren a actitudes sucias o desleales, ofensivas en contra de los adversarios por observar cierta competencia y no saben manejar la situación. Ocurre más aún si un deportista ya conoce el adversario por las veces que se han enfrentado, y sabe qué actitudes le amedrentan buscará utilizarla para atemorizarle e incrementar por ello sus posibilidades de mejorar el resultado.
Si el deportista ha podido comprobar que cierta actitud atemoriza al contrincante, no dudará en utilizarla en otras competencias.
Por ello el rol de entrenador, compañero y familia juega un papel demasiado importante para que estas actitudes puedan reforzarse. Algunas conductas agresivas o negativas en el campo pueden ser: agredir verbalmente o humillar, empujar, golpear, pisar para ofender y disminuir la capacidad de rendimiento del contrincante.
La mayoría de las personas piensan que estas actitudes son propias de deportes de cuerpo como el judo o el taekwondo, pero la realidad es que no tiene que ver con el deporte sino con que el deportista sea novel o carente de valores éticos. las artes marciales poseen un componente de fortaleza mental y espiritual basados en una filosofía moral y honor.
Una actitud negativa se centra en las debilidades, desventajas o defectos (físicos, técnicos....), también incluyen la protesta, la inconformidad, crítica de elementos... y es más probable en deportistas que responsabilizan su actitud desleal en comportamientos o estados emocionales a elementos fuera de sí mismos.
Como dijo De Anton: "El juego limpio es, en resumen, la clara conciencia de que el adversario es, ante todo, un compañero deportivo; es el respeto al adversario que salga victorioso o vencido, el respeto al árbitro; la ausencia de ostentación gestual, la modestia en la victoria, la serenidad en la derrota; la generosidad frente al adversario".

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